Una manera de promover la escritura creativa en los estudiantes es dándoles apartes de una historia, sobre el que realizaran la suya. Después, se puede socializar la original, sin olvidar resaltar lo creativos y recursivos que son, generando así diferentes versiones de una misma historia y las historias de la historia, hasta con finales de toda clase.
En esta ocasión tomé el cuento: "La pequeña niña grande", escrito por Uri Orlev y Jacky Gleich.
Algunos ejemplos de los estudiantes de octavo grado.
Ni ricos, ni pobres.
Érase
una vez en el camino, vivía una familia muy pobre, conformada por dos niños y
sus padres. Al pasar el tiempo los padres se daban cuenta que cada vez más se
quedaban sin recursos para alimentar a sus hijos. Así que decidieron irse a
vivir a la ciudad, para conseguir un trabajo.
Pasada
una semana, ya vivían en la ciudad, ellos se dieron cuenta que los trabajos
eran muy pesados, pero no les importó, los niños ya estaban estudiando. Muy
entusiasmados llegaron a su casa.
Cuando
se hizo de noche sus padres llegaron del trabajo y sus hijos les contaron como
les había ido en la escuela, ellos los felicitaron y los mandaron a dormir. Los
niños no tenían sueño, así que decidieron contar chistes, el niño se rio tan
duro que ellos se despertaron.
Al
otro día, los niños les gritaban ¡Levántense! Le dijo a sus padres, ¡levántese
ahora mismo! Van a llegar tarde al trabajo, pero papá y mamá no querían
levantarse. Porque el trabajo era muy pesado y estaban muy cansados, los niños
muy asustados se acercaron a ellos y al fin los despertaron, los padres muy
apurados se organizaron y se fueron a su trabajo.
Pasados
unos años, tenían más recursos y el trabajo era menos pesado, su hija estaba a
punto de cumplir 15 años y de regalo quería ir a conocer el mar. Al fin llegó ese
día y se fueron para allá. De regreso
trajeron muchos regalos y los compartieron con los vecinos y vivieron felices
por siempre.
Por:
Isabella Arrubla y Karen Vanessa Atehortua.
EL
SILENCIO LE MOLESTABA
Érase una vez una chica, llamada Daniela, la cual era muy
sola, muy tímida y era huérfana, ella era muy callada y no estaba acostumbrada
a la bulla.
Y un día, en una pareja dispuesta a brindarle un hogar a
Daniela, ellos vivían en la ciudad en donde había mucho ruido a todos sus
alrededores a Daniela se le metía a la fuerza en los oídos, de tal modo que ni
siquiera podía seguir oyéndolo, ella estaba un poco disgustada por tanto ruido,
no lograba acostumbrarse, incluso cuando comenzó a hablar en voz alta, el
silencio no le respondió.
Por:
Paulina Álvarez - Juliana Maya – Michell Hernández